Grecia es la nación que se ha visto más afectada por la crisis económica en la Eurozona y el próximo 5 de julio llevará a cabo un referendo que tendrá un impacto significativo en su situación socioeconómica. ¿Cuál es la situación actual del país y las posibles consecuencias a nivel político y económico?
Grecia entró en crisis en el año 2010 por diversos factores acentuados por la crisis de Wall Street de 2008 que tuvo efectos sobre la Eurozona. Desde ese entonces, el país ha recibido ayudas por más de 240 mil millones de euros por parte del BCE, el FMI y la CE para dar solución a sus problemas económicos subyacentes.
Estos paquetes de ayuda venían acompañados de condiciones de austeridad que buscaban la normalización de la situación económica del país. Sin embargo, Grecia no ha podido dar solución a sus problemas económicos, lo que hace probable que caiga en impago próximamente.
Un nuevo plan de rescate fue propuesto por los acreedores de Grecia con nuevas condiciones para restaurar la estabilidad del país. Sin embargo, las medidas de austeridad son impopulares entre los griegos, quienes se ven afectados en su modo de vida. Por tal motivo, el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, propuso un referendo en el que los ciudadanos tendrán la oportunidad de aceptar o no el paquete de ayuda y las condiciones propuestas por los acreedores.
Tsipras animó a los griegos a votar por el “no” en el referendo que se llevará a cabo el 5 de julio y la gran mayoría de los habitantes apoya su decisión, con un 46 % de acuerdo a las últimas encuestas.
En el caso de que Grecia opte por rechazar el paquete de ayuda, se plantea la posibilidad de que el país se retire de la Eurozona, abandonando el euro y retomando su independencia monetaria.
Algunos expertos consideran que el impacto económico de tal escenario no sería tan pronunciado debido a las medidas adoptadas por el Banco Central Europeo y otras naciones para blindarse de las consecuencias de un eventual impago y la participación baja de Grecia en el PIB de la Unión Europea (aproximadamente el 2 %).
Sin embargo, los efectos políticos serían graves teniendo en cuenta que el euro también es un proyecto que busca la unión de los países. Una salida de Grecia de la Eurozona crearía inestabilidad en la región y tendría consecuencias poco previsibles a nivel económico.
Una alternativa más razonable sería que el nuevo partido en el poder, Syriza, se encargue de realizar modificaciones fundamentales al sector público para dar solución a los problemas subyacentes que generan la crisis, mientras los acreedores europeos acceden a reducir las medidas de austeridad.
Esta solución podría ser la más conveniente para todas las partes involucradas a la vez que es la menos probable debido a la inflexibilidad del gobierno griego y los acreedores.